Con este libro infantil, los niños podrán reflexionar sobre la importancia de hacer un uso moderado y responsable del móvil.
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Martín quiere un móvil.
Todos sus compañeros de clase tienen un móvil, todos sus maestros tienen un móvil y hasta sus padres tienen móvil. Así que, ¿por qué no puede tener un móvil? Martín toma una determinación: tiene que convencer a sus padres para que le compren uno. Y así lo hace. Finalmente, Martín se sale con la suya y consigue su primer teléfono. Sin embargo, lo que Martín no puede imaginar es que su vida cambiará por completo… |
CAPÍTULO 1
Martín ha tomado una decisión.
Quiere un móvil.
Y lo quiere ya.
¡Ahora mismo!
Y es que, en su clase, todo el mundo tiene uno.
Todos menos él, claro.
Porque sus padres se han empeñado en que es muy pequeño para tener un móvil.
Pero, por alguna extraña razón, no es muy pequeño como para ir al colegio todos los días durante cinco horas.
Ni para hacer todos los deberes que le mandan sus maestros.
Ni tampoco es pequeño para estudiar todos los libros que le digan.
¡Aaaahhh!
Pero eso sí, para tener un móvil con el que entretenerse un poco de vez en cuando resulta que es muy pequeño.
¿Acaso el mundo entero se ha vuelto loco?
Quiere un móvil.
Y lo quiere ya.
¡Ahora mismo!
Y es que, en su clase, todo el mundo tiene uno.
Todos menos él, claro.
Porque sus padres se han empeñado en que es muy pequeño para tener un móvil.
Pero, por alguna extraña razón, no es muy pequeño como para ir al colegio todos los días durante cinco horas.
Ni para hacer todos los deberes que le mandan sus maestros.
Ni tampoco es pequeño para estudiar todos los libros que le digan.
¡Aaaahhh!
Pero eso sí, para tener un móvil con el que entretenerse un poco de vez en cuando resulta que es muy pequeño.
¿Acaso el mundo entero se ha vuelto loco?
CAPÍTULO 2
Martín ha estado insistiéndoles a sus padres durante mucho tiempo.
Durante muchísimo tiempo.
Les lleva rogando que, por favor, le compren un móvil durante tantas semanas que ya ha perdido la cuenta.
Y Martín, cuando quiere, puede ser muy persistente.
Cuando, por las mañanas, baja a desayunar y sus padres lo saludan con “Buenos días, hijito”, él los saluda con “¿Puedo tener un móvil?”.
Cuando su madre Leticia va a recogerlo al salir del colegio y le pregunta qué tal le ha ido el día, Martín le responde “¿Puedo tener un móvil?”.
E incluso cuando están comiendo y sus padres hacen algún comentario con respecto a lo buena que está la comida, Martín, en lugar de decir que está deliciosa, dice “¿Puedo tener un móvil?”.
Y, por supuesto, cuando se va a dormir, en lugar de despedirse con un “Buenas noches”, lo hace con “¿Puedo tener un móvil?”.
Martín está obsesionado con el móvil, tanto que, en un examen de Ciencias de la Naturaleza, a la pregunta “¿Qué es un animal ovíparo?”, respondió “Un móvil”.
Durante muchísimo tiempo.
Les lleva rogando que, por favor, le compren un móvil durante tantas semanas que ya ha perdido la cuenta.
Y Martín, cuando quiere, puede ser muy persistente.
Cuando, por las mañanas, baja a desayunar y sus padres lo saludan con “Buenos días, hijito”, él los saluda con “¿Puedo tener un móvil?”.
Cuando su madre Leticia va a recogerlo al salir del colegio y le pregunta qué tal le ha ido el día, Martín le responde “¿Puedo tener un móvil?”.
E incluso cuando están comiendo y sus padres hacen algún comentario con respecto a lo buena que está la comida, Martín, en lugar de decir que está deliciosa, dice “¿Puedo tener un móvil?”.
Y, por supuesto, cuando se va a dormir, en lugar de despedirse con un “Buenas noches”, lo hace con “¿Puedo tener un móvil?”.
Martín está obsesionado con el móvil, tanto que, en un examen de Ciencias de la Naturaleza, a la pregunta “¿Qué es un animal ovíparo?”, respondió “Un móvil”.
FINAL DEL FRAGMENTO
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